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REPÚBLICA DE CHILE


Chile, oficialmente República de Chile, es un país ubicado en América del Sur. Su capital es la ciudad de Santiago.

 

Está constituido por tres zonas geográficas.

 

La primera de ellas, Chile continental, comprende una franja en la costa occidental del Cono Sur que se extiende entre los paralelos 17°29'57" S y 56°32'12" S, mayormente desde la ribera sudoriental del océano Pacífico hasta las cumbres más altas divisorias de aguas de la cordillera de los Andes. Alcanza un largo de 4270 km, un ancho máximo de 445 km en los 52°21' S y un mínimo de 90 km en los 31°37' S. Limita con Perú al norte, Bolivia al nordeste y Argentina al este, totalizando 7.801 km de fronteras terrestres y el pasaje de Drake al sur.

 

La segunda, Chile insular, corresponde a un conjunto de islas de origen volcánico en el océano Pacífico Sur: el archipiélago Juan Fernández y las islas Desventuradas, pertenecientes a Sudamérica, así como la isla Salas y Gómez y la isla de Pascua, ubicadas en Oceanía.

 

La tercera, el Territorio Chileno Antártico, es una zona de la Antártida de 1.250.257,6 km² entre los meridianos 53° O y 90° O sobre la cual la nación más cercana reclama soberanía, prolongándose hasta el Polo Sur, pero está supeditada a lo estipulado en el Tratado Antártico, del que es signataria. Debido a lo mencionado, se define como un país tricontinental.

 

Tiene una costa de 6.435 km de longitud y ejerce derechos exclusivos, reclamaciones de diverso grado y soberanía sobre su espacio marítimo, llamado mar chileno. Este comprende cuatro zonas: el mar territorial (120.827 km²), la zona contigua (131.669 km²), la zona económica exclusiva (3.681.989 km²) y la correspondiente plataforma continental (161.338 km²).

 

Es considerado un país de ingreso alto por el Banco Mundial y en vías de desarrollo por la Agencia Central de Inteligencia. Sus más de 18 millones de habitantes promedian índices de alfabetización, calidad de vida, crecimiento económico, desarrollo humano, esperanza de vida, globalización y PIB per cápita que están entre los más altos de América Latina.


 

TOPONIMIA: Antes del descubrimiento de América, las tierras situadas al sur del desierto de Atacama ya se llamaban Chili en la tradición indígena. Una vez instalados en Nueva Castilla y Nueva Toledo, los conquistadores españoles siguieron llamando de esa forma a la región del sur, a veces también conocida como «valle de Chile», nombre que se extendió posteriormente a todo el actual país.

 

Aunque se desconoce el origen del topónimo de «Chile», existen varias teorías. El apelativo se habría originado en la palabra quechua chire, “frío”; en Chille, antiguo hidrónimo en el valle del Aconcagua; en el epónimo Tili el cacique picunche que gobernaba ese mismo valle a la llegada de los incas, antes del arribo de los españoles; en el término quechua chili, 'la flor y nata de la tierra'; en chili, onomatopeya mapuche del canto del trile, palabra usada para llamar a este pájaro de manchas amarillas en las alas; en la voz aimara chilli, 'donde se acaba la tierra'; o se habría debido a un grupo de indios mitimaes, trasplantado al «valle de Chile» por los incas, que provendría de una región donde existiría un río bautizado con ese nombre.

 

Bajo el gobierno del director supremo Ramón Freire, un decreto estableció el nombre «Chile» para designar oficialmente el país el 30 de julio de 1824.

 

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN: La República de Chile es un Estado unitario, democrático y presidencialista, conformado por diversas instituciones autónomas insertas en un esquema constitucional que determina ciertas funciones y distribuye las competencias entre los órganos del Estado. La administración del estado es funcional y territorialmente descentralizada y desconcentrada.

 

Aprobada en el plebiscito del 11 de septiembre de 1980, la Constitución Política de la República de Chile el décimo texto constitucional en la historia chilena ha regido el país desde el 11 de marzo de 1981. A partir de 1989, ha sido reformada en dieciocho oportunidades.

 

El poder ejecutivo o, más propiamente, el gobierno y la administración pública, están encabezados por el presidente de la República, quien es el jefe de Estado y el jefe de gobierno. Según la Constitución, el presidente permanece en el ejercicio de sus funciones por un término de 4 años y no puede ser reelegido para el periodo siguiente. El presidente de la República designa a los ministros de Estado, quienes son sus colaboradores directos e inmediatos en el gobierno y administración del Estado y funcionarios de su exclusiva confianza.

 

El poder legislativo reside tanto en el presidente de la República —en calidad de colegislador— como en el Congreso Nacional, con sede en Valparaíso, de carácter bicameral, compuesto por un Senado y una Cámara de Diputados elegidos por votación popular. El Senado está formado por 50 senadores que permanecen en el cargo por 8 años con la posibilidad de ser reelectos en sus respectivas circunscripciones, las que eligen dos senadores en cada elección; cada 4 años se renueva la mitad de la plantilla de senadores en las elecciones parlamentarias regulares. La Cámara de Diputados está formada por 155 miembros que permanecen 4 años en el cargo y también pueden ser reelectos en sus respectivos distritos, los que eligen entre 3 y 8 diputados en cada elección, en que se renueva la totalidad de la cámara.

 

Para las elecciones parlamentarias, entre 1989 y 2013 se utilizó el sistema binominal, el que fomentó el establecimiento de dos bloques políticos mayoritarios Concertación y Alianza a expensas de la exclusión de grupos políticos no mayoritarios. Los opositores de este sistema aprobaron en 2015 un sistema electoral proporcional moderado que rige desde las elecciones parlamentarias de 2017, permitiendo el ingreso de nuevos partidos y coaliciones.

 

El poder judicial, constituido por tribunales autónomos e independientes que ejercen la función jurisdiccional, tiene a la Corte Suprema de Justicia como su máxima instancia, cortes de apelaciones en cada región y tribunales inferiores de competencia común y especializados a lo largo del país. Además, existe un Ministerio Público autónomo y jerarquizado, que dirige en forma exclusiva la investigación criminal y ejerce la acción penal pública.

 

El Tribunal Constitucional, autónomo e independiente, tiene el control de constitucionalidad de los proyectos de ley y de los autos acordados, decretos y leyes. Asimismo, la autónoma Contraloría General de la República ejerce el control de legalidad de los actos de la administración pública y fiscaliza el ingreso y la inversión de los fondos públicos.

 

El Tribunal Calificador de Elecciones y dieciséis tribunales electorales regionales son los encargados de la calificación de las elecciones y de resolver las reclamaciones electorales, mientras que el Servicio Electoral se encarga de la organización de los procesos electorales y de la administración del registro electoral y del registro de los partidos políticos.